Los ataques homo-odiantes van al unísono con los discursos y políticas de odio. La ecuación es muy simple: si las instituciones operan a través del desmantelamiento de las políticas y programas con perspectiva de género, y si sus voceros atacan abiertamente a las disidencias sexuales, tendremos como resultado más violencia, más discriminación y más opresión.
Esto es lo que estamos viviendo bajo el gobierno de Javier Milei, este mamarracho de presidente y títere barato de Trump, obsesionado con desmantelar la “ideología de género” que, según estos personajes, adoctrina a las niñeces y juventudes. La realidad es que quienes quieren imponer sus ideas por la fuerza son los dueños del poder hetero-cis-patriarcal. Estos tipos siempre tuvieron muy en claro que con sus políticas y discursos envalentonan a sectores abiertamente reaccionarios y homo-odiantes, y así lo venimos sufriendo con los tres ataques (registrados) a lesbianas en apenas un mes y medio del 2024.
29 de enero: Cañuelas, Buenos Aires. Alcides Lutz Fogar prendió fuego a la casa de una pareja en la madrugada con un bidón de nafta. Las mujeres se salvaron porque no se encontraban en la vivienda. Una de las víctimas relató: “Esta persona tenía un prontuario en el barrio. La primera vez que nos vimos la cara fue por un ataque que hizo a otra pareja de lesbianas que vive en el barrio. Nos metimos en una discusión porque el señor fue a grabar la propiedad de estas chicas y a amedrentarlas. Cuando fuimos a decirle que las chicas no estaban solas, ahí empezó nuestro calvario”.
7 de febrero: Recoleta, Buenos Aires. Una pareja de 24 y 26 años caminaba tomada de la mano cuando fueron increpadas por un hombre que les cuestionó su expresión de género. Les preguntó “por qué estaban vestidas como varones si son mujeres”. Acto seguido, les propinó una fuerte golpiza. A una de las chicas le fracturó la nariz y un diente; su pareja tuvo una lesión muy grave en una mano. Un vecino socorrió a la pareja, y el hombre se encuentra detenido.
11 de febrero: Orán, Salta. En este hecho gravísimo, Juan Marcelo Córdoba irrumpió en la casa de una mujer de madrugada y la apuñaló siete veces, luego se dio a la fuga. Desde el círculo cercano de la víctima y desde la agrupación donde milita, aseguran que se trata de un intento de lesbicidio debido a que Córdoba había enviado mensajes violentos a varias integrantes del espacio a través de Facebook. La víctima está fuera de peligro, y el atacante se encuentra detenido.
Reflexiones sobre la resistencia torta
Ser lesbiana jamás fue fácil dentro de este sistema capitalista y patriarcal. A la opresión estructural por ser mujeres se le agrega el componente de la orientación sexual. Una orientación que incomoda y desafía a toda la lógica institucional, ya que no responde a las normas de la familia tradicional o al rol clásico de la mujer, quien debe ser heterosexual, la dama de compañía del varón y, sobre todo, madre típica y ejemplar.
Existe una discriminación sistemática hacia el lesbianismo. Es por esto que los grupos de visibilización y resistencia forman parte de la lucha histórica de todo el colectivo LGBT+, aunque siempre estuvieron más invisibilizados que, por ejemplo, los grupos de varones gays. En Argentina, la primera agrupación de la que se tiene registro es el Grupo Safo de la década del ‘70. Ellas pertenecían al Frente de Liberación Homosexual, el cual fue una de las primeras organizaciones combativas y que agrupaba a todas las disidencias. El estigma social era tan pronunciado que la mayoría de las compañeras permanecían en el anonimato debido a que peligraban sus puestos laborales y, sobre todo, porque aún se consideraba a la homosexualidad como una enfermedad mental y como una conducta aberrante. La fundadora de Grupo Safo fue Ruth Mary Kelly: lesbiana, trabajadora sexual, mujer y escritora.
Durante la dictadura militar, entre 1980 y 1983, militantes del FHL y las demás agrupaciones se reunían clandestinamente en un sótano prestado por el PST, partido antecesor al MST. Este fue el único espacio político que prestó su local partidario para que las disidencias sexuales pudieran tener un lugar. Martha Ferro, militante lesbiana del PST, fue quien gestionó el sótano, y así se sostuvieron, gracias a la solidaridad obrera.
Hacia fines de la dictadura, el activismo volvió a salir a la luz. Los grupos lésbicos articulaban en su mayoría con organizaciones feministas, por ende, sucedía que nuevamente se invisibilizaban los reclamos específicos de esa comunidad, demanda que continúa hasta hoy. Sin embargo, es muy importante destacar que la confluencia de toda la disidencia sexual es lo que motorizó los cambios que pudieron lograrse en nuestro país. La primera marcha del orgullo en 1992 tuvo una modesta convocatoria y fue creciendo hasta la actualidad, donde millones nos encontramos en las calles de todo el país. Una gran y correcta conclusión que ha sacado el colectivo a lo largo de la historia es que el enemigo en común es el mismo para todxs: el patriarcado y el capitalismo.
Sintéticamente, hemos hablado de la trayectoria del colectivo, y de esta historia hablamos cuando decimos que, para que actualmente podamos correr, muches otres caminaron antes que nosotres y en condiciones de extrema discriminación y violencia en cualquier ámbito. Gracias a la lucha en conjunto, hemos podido dar pasos importantísimos, como la Ley de Matrimonio Igualitario sancionada en 2010. También, gracias al alza de la cuarta ola feminista mundial, se han dado grandes debates acerca de la sexualidad, abarcando las diferencias y las innumerables formas de expresar nuestras identidades. Es decir, se logró un avance en la “aceptación” y el debate social, pero el camino hacia la igualdad real aún es largo.
Que el miedo no paralice y que la rabia nos organice.
El 7 de marzo se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica. La efeméride recuerda un hecho que marcó a nuestro colectivo: en 2010 asesinan a Natalia “Pepa” Gaitán en un acto de lesbo-odio por parte del padrastro de su novia.
Actualmente, como se relató al principio, continuamos sufriendo crímenes de odio. En un contexto de polarización social donde la ultraderecha se vuelve cada vez más reaccionaria, antiderechos y represiva, la resistencia por abajo crece. Así se demostró el 1 de febrero en todo el país, una de las movilizaciones más grandes que se han hecho contra el gobierno de Milei y que tuvo como protagonistas a las disidencias sexuales bajo la consigna de “Orgullo antifascista y antirracista”.
Este hecho político es crucial porque nace de la bronca y nos motiva a seguir avanzando. Fue una gran muestra de unidad en la diversidad con lxs trabajadores y sectores en lucha. Es que los dichos de Milei en Davos terminaron de rebalsar el vaso, y como el gobierno ataca a todos los frentes, desde todos los frentes le respondemos.
La tarea que sigue expresándose en asambleas en todo el país es la de continuar movilizadxs en defensa de todos nuestros derechos. Tenemos por delante fechas muy emblemáticas: 7M, 8M y 24M, momentos donde hay que volver a mostrar fuerza y unidad en las calles. Al mundo que soñamos solo lo conseguiremos construyendo un feminismo socialista y luchando hasta derrotar la alianza criminal del patriarcado y el capital.