Luz Negra no nació como una banda en el sentido tradicional. Su origen está más cerca del intercambio espontáneo que de una decisión formal. La historia comienza en 2021, cuando Hielko Hyalkama y David Barrionuevo se cruzan en encuentros sociales y descubren afinidades musicales. “Empezamos a hablar de música, de lo que escuchábamos, y surgió la idea de grabar algo juntos”, recuerdan ambos integrantes de Luz Negra en entrevista con El Patagónico. En ese momento, no había un proyecto definido ni una urgencia por formar una banda.
Durante los primeros años, el vínculo se sostuvo de manera intermitente. “Nos juntábamos una o dos veces, grabábamos una o dos canciones y después cada uno seguía en la suya”, explican. Esa dinámica dio lugar a las primeras maquetas y a composiciones que, con el tiempo, se transformarían en piezas centrales del repertorio. Temas como “Séptimo Círculo”, “Abismo” o “1010” comenzaron a tomar forma en esa etapa inicial, atravesada por la experimentación y la búsqueda de un lenguaje común.
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El punto de quiebre llegó en 2024, cuando el proyecto empezó a ganar continuidad. “Ahí dijimos: che, esto puede dar para más”. La decisión de ensayar con mayor regularidad y tomarse el trabajo en serio implicó también redefinir roles. Barrionuevo, que originalmente componía desde la guitarra líder, fue a la batería para sostener la base rítmica del proyecto mientras que Hyalkama mantendría el lugar de única guitarra. “Yo toco desde chico, había dejado mucho tiempo, pero entendimos que si queríamos salir a tocar alguien tenía que hacerse cargo”, cuenta Barrionuevo.
Con esa estructura, Luz Negra comenzó a pensar su música no solo como ideas sueltas, sino como un cuerpo de obra. De ese proceso surgieron los primeros lanzamientos oficiales. En 2024, la banda publicó los sencillos “Navajas” y “Séptimo Círculo”, grabados de manera completamente autogestiva. “Arrancamos con ‘Navajas’, que es un tema largo, de seis minutos, bastante experimental. Sabíamos que no era lo más accesible, pero era lo que queríamos mostrar”, explican. La grabación se hizo en una sola jornada, extendida hasta la madrugada. “Estuvimos horas tratando de cerrar un solo. Fue todo muy artesanal”.
Ese mismo camino desembocó en el demo lanzado en mayo de 2025, cuando Luz Negra todavía funcionaba como un proyecto de dos integrantes estables. El material reúne seis canciones: “Abismo”, “Sin Ojos”, “Amarga Sensación”, “Lo Que Quedó”, “Subversión” y “Una última vez”.
“Son temas que veníamos trabajando desde hace tiempo. Algunos tienen varias versiones hasta llegar a lo que queríamos”, cuentan. La grabación mantuvo el espíritu independiente: “Grabamos en casa, con lo que teníamos, pero cuidando mucho el detalle. Somos bastante obsesivos con eso”.
Recién después del lanzamiento del demo se produjo otro movimiento clave en la incipiente historia de la banda: la incorporación de Alan Cayuñan en bajo. La búsqueda no fue sencilla. “Estuvimos mucho tiempo buscando baterista y bajista en un primer momento, probamos gente, hicimos publicaciones, pero no se daba”, relatan. El encuentro con Cayuñan llegó a través de una convocatoria y se dio de manera natural. “Cuando vino al primer ensayo fue orgánico. Como que encajó todo desde la primera canción”, recuerda Hielko. Para Cayuñan, la propuesta también fue clara desde el inicio: “Me gustaron las influencias, el estilo más oscuro y moderno. Sentí que había algo armado, pero con espacio para aportar”.
Con la formación completa, Luz Negra dio un paso más y empezó a trasladar su material al escenario. En 2025, la banda realizó presentaciones en Kingston, La Caverna, El Sótano y Pato Pizza. El debut en Kingston fue especialmente significativo. “Era nuestra primera fecha, la primera vez tocando con secuencias y transiciones. Estábamos muy nerviosos”, admiten. Aun así, el recuerdo es positivo: “Fue re lindo, muy intenso”. Incluso hubo lugar para lo inesperado, cuando un asistente del público se sumó espontáneamente a cantar durante un tema ya que no cuentan con un vocalista y su música por el momento es instrumental. “Fue rarísimo, pero muy metal”.
Lejos de quedar como una anécdota aislada, esa primera experiencia funcionó como un disparador. “Después de Kingston nos dimos cuenta de que queríamos tocar más, salir más seguido”. La segunda presentación llegó en La Caverna, una fecha organizada por la propia banda en el marco de Halloween. “La armamos nosotros, hablamos con el lugar, movimos todo. Ahí ya nos sentimos un poco más dueños de lo que estábamos haciendo”. Ese show marcó un crecimiento no solo musical, sino también organizativo.
Embed – LUZ NEGRA – Sin Ojos [Full Demo/EP]
Ese vínculo con el espacio se profundizó poco después, cuando Luz Negra volvió a presentarse en La Caverna Resto-Bar para su tercera fecha, la segunda consecutiva en el lugar, esta vez como banda invitada por N.O.T.H., tributo a Samael, para cerrar la noche. Aquella presentación tuvo un valor adicional: fue registrada íntegramente por Panzer Quelle, que luego envió el material como cortesía al grupo. A partir de esa grabación surgió “La Caverna Pub – En Vivo”, el primer álbum en vivo de la banda, un documento que captura ese momento de crecimiento escénico y reafirma la importancia que el rodaje en directo fue tomando dentro del proyecto.
La cuarta fecha fue en El Sótano, dentro del ciclo Invierno Bipolar, y estuvo atravesada por imprevistos. Cambios de horario, problemas técnicos y decisiones de último momento pusieron a prueba a la banda. Sin embargo, el balance fue positivo: “A pesar de todo, tocamos bien. Ahí entendimos que incluso en el caos podíamos sostener el show”.
Embed – Luz Negra on Instagram: “En lo que nos llegan más fotos y videos, dejamos lo que es el archivo de cuando llegamos al lugar. Muchas gracias EVILVLAD y Kingston Beer por la invitación a una fechaza junto a Narices Frías Punk Rock Espinoza!!”
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El cierre de ese tramo llegó en Pato Pizza, una fecha armada prácticamente de un día para el otro. “Fue muy espontáneo. Se bajó una banda, el lugar estaba disponible y dijimos vamos”. Para Luz Negra, ese show tuvo un valor especial. “No había una gran producción previa, pero se generó algo muy lindo con la gente”, aseguran los músicos que rindieron homenaje a Ricardo Barrientos, líder de Evilvlad (banda en la que Barrionuevo también es baterista) que falleció semanas atrás y fue uno de los primeros impulsores de la banda, dándole aliento y espacio en el circuito metalero.
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Además, fue una oportunidad para reafirmar una idea que atraviesa al grupo desde sus inicios: “No nos importa si hay mucha gente o poca. Lo importante es tocar”.
En paralelo al crecimiento en vivo, la banda siguió profundizando su forma de trabajo puertas adentro. Los ensayos se volvieron semanales y cada tema comenzó a pulirse con mayor detalle. “Somos bastante obsesivos. Hay canciones que tienen tres o cuatro versiones”, admiten entre risas. Ese nivel de exigencia también se trasladó a la producción sonora. “Nos gusta escuchar todo con auriculares, probar cosas, ajustar hasta que realmente nos convenza”.
Esa manera de encarar la música está directamente ligada a cómo entienden el metal y su lugar dentro de la escena local. “En Comodoro hay muchas bandas, mucho metal, pero a veces sentís que todo suena parecido”. En ese contexto, Luz Negra apuesta a una propuesta que incorpore elementos más modernos y climas más oscuros. “No es por desmerecer a nadie. Hay bandas con muchos años y mucho mérito. Pero nosotros queremos ir por otro lado; uno donde la gente sienta lo que transmitimos al componer”.
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Hielko Hyalkama, David Barrionuevo y Alan Cayuñan.
Las influencias conviven sin imponerse unas sobre otras. “La batería tiene un costado más progresivo, la guitarra mezcla groove y nu metal, el bajo viene con algo más extremo”. Esa combinación, sostienen, termina definiendo el carácter de la banda. “No lo pensamos tanto desde la etiqueta. Simplemente tocamos lo que nos gusta”.
Con el demo ya lanzado, varios shows encima y un funcionamiento interno más sólido, Luz Negra atraviesa hoy una etapa de afirmación. Sin apurarse por encajar ni responder a expectativas externas, la banda sigue construyendo su camino desde la autogestión, el trabajo constante y una convicción compartida. “Primero tiene que gustarnos a nosotros. Si eso pasa, después lo demás viene solo”.
