El director de tránsito y transporte de la municipalidad de Rawson, Fabian González, reconoció que la crisis económica influye en la estrictez para controlar las unidades que hacen el servicio de taxis y remises.
Por eso se permite el uso de unidades aunque hayan superado el tiempo de renovación o se dan más plazos para la reparación de abolladuras o reposición de ópticas.
González incluso amplió el concepto indicando que buscarán hacer más flexibles las condiciones para adaptar la legislación a la realidad del servicio y no a la inversa.
Salvo algunas paradas históricas, como las de la plaza céntrica, hay varias cuyas unidades no dan el perfil exigido para un servicio público, reconoció González.
También hizo referencia al exceso de velocidad con el que se desplazan, lo cual fue advertido por los inspectores y la explicación de los choferes es que, como necesitan meter viajes, van rápido para levantar pasajeros porque de lo contrario no rinde.
Sobre el particular admitió también que la municipalidad, como el resto de la provincia, no tienen medidores de velocidad y todo se hace «a ojo de águila».
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