En una extensa columna publicada en Infobae, el presidente Javier Milei presentó su visión sobre el futuro económico de la Argentina. Aseguró que, tras haber evitado “la peor crisis de la historia”, el país se encuentra en condiciones de iniciar un ciclo sostenido de crecimiento económico.
En su análisis, Milei combinó referencias históricas, fundamentos teóricos y resultados de gestión, con un mensaje claro: “Estamos en el sendero para hacer a la Argentina grande nuevamente”.
De la pobreza histórica al crecimiento moderno
Milei comenzó con una mirada histórica de largo plazo. Señaló que durante casi toda la existencia del homo sapiens, la pobreza extrema fue la norma. Sin embargo, a partir de la Revolución Industrial y con la obra de Adam Smith como punto de inflexión, se dio un cambio radical en las condiciones de vida. Según el presidente, el crecimiento económico es un fenómeno reciente, pero que depende de variables fundamentales como la acumulación de capital físico y humano, el ahorro y el respeto por la propiedad privada.
Desde esta óptica, criticó con dureza las políticas keynesianas y populistas que “estimulan el consumo con déficit fiscal y destrucción de incentivos a la inversión”. También descartó como modelo viable el crecimiento basado en exportaciones si esto implica “exportar ahorro y reducir inversión interna”.
El ajuste fiscal, la inflación y la inversión
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Uno de los puntos centrales del texto fue el resultado del ajuste fiscal encarado desde diciembre de 2023. Milei sostuvo que la combinación de un recorte del 15% del PBI y la política de déficit cero no solo evitó la hiperinflación, sino que sentó las bases de un futuro crecimiento. “La inflación será un problema del pasado en 2026”, afirmó.
Además, destacó la fuerte baja del riesgo país, que cayó de 3.000 a cerca de 600 puntos básicos. Según sus cálculos, esto habilitaría una tasa de crecimiento per cápita de al menos 4% durante más de una década, impulsada por mayor inversión privada.
“No solo evitamos la gran depresión que muchos auguraban, sino que 10 millones de argentinos salieron de la pobreza”, sostuvo el mandatario.
Capital humano y estructura estatal
Milei también defendió la creación del Ministerio de Capital Humano como una apuesta estratégica para el desarrollo. Basándose en aportes de economistas como Gary Becker y Paul Romer, explicó que el capital humano explica hasta el 85% del crecimiento económico. El enfoque integral del ministerio incluye niñez, salud, educación, recapacitación, trabajo y sistema previsional.
Si bien reconoció dificultades heredadas, sobre todo en el área de salud, afirmó que todos los objetivos del ministerio están siendo “sobrecumplidos”.
Liberalismo, desregulación y demografía
Fiel a su ideología, el presidente defendió el liberalismo clásico como el camino más eficiente y justo. Citó a autores como Benegas Lynch (h), Huerta de Soto y Adam Smith, y aseguró que los países más libres son más ricos, tienen menos pobres y mayor expectativa de vida.
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En ese marco, consideró que la desregulación es clave para liberar los “rendimientos crecientes” de la economía y criticó el enfoque neoclásico que tiende a combatir monopolios a costa del crecimiento. “Desregular libera las fuerzas del crecimiento económico”, sostuvo al defender el DNU 70/23 y la Ley Bases.
También vinculó la defensa de la vida con el crecimiento económico, al considerar la demografía como un factor esencial. En este sentido, se manifestó en contra de las “políticas verdes” que, según él, atentan contra la natalidad y el futuro de la humanidad.
Perspectivas de largo plazo
En el cierre, Milei afirmó que la Argentina tiene sectores estratégicos con alto potencial como el petróleo, gas, minería, el campo, el sector nuclear y la inteligencia artificial. Con menor presión impositiva, menor inflación y tasas de interés en baja, consideró que hay “fundamentos para apostar por el país”.
Además, prevé una apreciación del peso por el ingreso de divisas, que favorecería al sector servicios, intensivo en empleo y rápido en la generación de puestos de trabajo.
“Salvo que volvamos a abrazar las ideas socialistas, estamos en el camino correcto”, concluyó, con su característico grito de guerra: “¡Viva la libertad, carajo!”.