16, julio, 2025

Comodorenses en shock: por los altos intereses, muchos dejaron de usar sus tarjetas de crédito

En un contexto económico marcado por el incremento de precios y la caída del poder adquisitivo, cada vez más comodorenses eligen no usar las tarjetas de crédito. Los altos intereses, el temor al endeudamiento y la incertidumbre laboral están llevando a un cambio de conducta en el consumo cotidiano.

Hay que evitar el crédito, es más conveniente manejarse en efectivo porque uno termina endeudado. Hay gente que saca préstamos para pagar otros préstamos. Siempre débito, nunca crédito”, afirmó una entrevistada en diálogo con SETA TV y ADNSUR, que resume una tendencia creciente: priorizar medios de pago inmediatos para evitar cargos financieros.

Otro testimonio apuntó en la misma dirección: “está terrible y muy complicado. No se usan las tarjetas de crédito, porque después hay un monto que no se puede pagar. La gente ahora la usa para cosas importantes del día a día, ya ni para zapatillas alcanza. Tratamos de no usarlas. Hay que cuidarse mucho económicamente”.

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Captura SETA TV

No tengo tarjeta de crédito, uso débito y efectivo. Después no se puede pagar, trato de comprar lo mínimo. Cuando tengo que comprar cosas grandes le pido a un familiar y le voy pagando en cuotas”, explicó otra persona. Este recurso alternativo, el financiamiento a través de vínculos familiares, surge como un paliativo frente a la imposibilidad de acceder a crédito formal en condiciones sostenibles.

También aparecen decisiones más tajantes, como la de suspender directamente el uso: “hay que guardar las tarjetas, no hay que usarlas”. Una frase breve que ilustra el nivel de rechazo que generan en ciertos sectores.

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El desempleo o la inestabilidad laboral profundizan el problema. “Tengo tarjetas de crédito, pero no las uso. No estoy con trabajo fijo y no sabés cuánto terminás pagando, es un gasto más. La última compra que tuve fue en enero, pero desde ahí la guardé”, detalló otra entrevistada. La incertidumbre sobre los ingresos y la inflación que encarece cada cuota llevan a congelar las compras a crédito.

En varios casos, se menciona también la trampa que implica pagar solo el monto mínimo del resumen. “Tratamos de usar lo mínimo, lo más justo. Pagar el mínimo es una trampa porque tenés que pagar mucho interés después. Dejé de consumir algunas cosas, no en productos, sino en cantidad”.

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Este último punto refleja otra consecuencia: no solo se cambia el medio de pago, también se reducen las cantidades y, en algunos casos, se evita la compra directamente. Esto tiene un impacto en la actividad comercial, especialmente en rubros que dependen del financiamiento en cuotas.

Captura SETA TV

Según datos recientes del Banco Central, la mora en los pagos con tarjeta de crédito se incrementó en los últimos meses, mientras que el crecimiento del crédito en este segmento se estancó. Las tasas de interés nominal superan el 110% anual en muchas entidades, lo que convierte cualquier saldo impago en una carga difícil de afrontar.

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En este escenario, el consumo financiado pierde peso como herramienta cotidiana, y se convierte en una opción solo para urgencias. La tendencia parece consolidarse: menos tarjetas en uso, más cuidado en las compras, y un mayor recurso al efectivo o al débito como forma de evitar sobresaltos económicos.

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