La Justicia de Cipolletti declaró culpable por abuso sexual con acceso carnal a Néstor “Yiyo” Bergallo, un empresario de 80 años que mantuvo durante décadas una relación de poder, manipulación y sometimiento sobre una joven a la que conocía desde su nacimiento. La víctima, hoy de 36 años, es hija de un amigo cercano del acusado y fue abusada bajo pretextos esotéricos y rituales de “purificación”.
La información surge del juicio de responsabilidad realizado en abril en los tribunales cipoleños, bajo el tribunal integrado por los jueces Alejandra Berenguer, Julio Sueldo y Guillermo Merlo. Este jueves 12 de junio se realizará la audiencia de cesura, donde se escucharán los testigos presentados por las partes y luego se solicitarán las penas. La sentencia final se conocerá cinco días después.
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Según la acusación presentada por la fiscal Rocío Guiñazú Alaniz, Bergallo fue imputado por dos hechos ocurridos entre fines de 2011 y 2012, cuando la víctima tenía 23 años. Ambos episodios se dieron en el paraje El 30, donde el acusado llevó a la joven en su camioneta. Allí, bajo la excusa de rituales de “purificación” y “satisfacción profunda”, cometió abuso sexual con acceso carnal. La fiscal consideró los actos como gravemente ultrajantes, por el largo proceso de sometimiento y coacción iniciado desde la infancia.
Poderes místicos y manipulación
El caso cobró notoriedad pública luego de que organizaciones feministas, como Las Peludas, difundieran el fallo a través de redes sociales, señalando al condenado con nombre, foto y detalles personales. El relato judicial da cuenta de un entramado de abuso sostenido en el tiempo, en el que Bergallo se valía de supuestos poderes sobrenaturales y vínculos con logias masónicas para someter psicológicamente no solo a la víctima, sino también a su entorno familiar.
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En los posteos, se mencionó el vínculo marital del acusado con una ex funcionaria del área turística, sumando indignación al caso. “Manipuló a la víctima desde la infancia, refugiado entre las sombras y enmascarado en actividades esotéricas”, expresaron desde la organización.
La voz de la víctima y el trabajo judicial
La víctima testificó durante tres horas en el juicio oral, enfrentando cara a cara a su abusador. “Gracias por no aflojar, por seguir adelante y enfrentarte a este tipo”, expresaron desde Las Peludas. También destacaron el trabajo de las fiscales Rocío Guiñazú y Antonella Tizano, como así también al equipo de atención a la víctima que sostuvo el proceso con empatía y compromiso profesional.
“Con profunda emoción hoy podemos decir que se hizo justicia para reparar un poco el daño que este tipo ocasionó”, cerraron desde la organización feminista.