15, octubre, 2025

Trump gana influencia en el gobierno de Milei y marca tres condiciones que cambian el tablero local

La cumbre entre el presidente Javier Milei y su par de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca confirmó la creciente influencia del republicano y su equipo en la administración libertaria, a la que intentan ayudar a ganar las elecciones legislativas ya no solo con dólares frescos, sino también con una nueva “campaña del miedo” y con una diplomacia paralela que apunta al día después del 26 de octubre.

Por decisión de la Casa Blanca, Milei no tuvo reunión a solas con Trump en el Salón Oval. En cambio, el norteamericano lo recibió en la puerta de la sede gubernamental y fueron directamente al almuerzo con sus equipos técnicos, donde hubo preguntas de la prensa y Trump lanzó la definición más fuerte: “Si Milei pierde las elecciones no seremos generosos con Argentina”.

La frase confirmó que lo que busca Estados Unidos con el swap de u$s20.000 millones que aunció el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y la intervención reciente de ese departamento en el mercado cambiario local para bajar la cotización del dólar intentan ayudar a La Libertad Avanza a mantener calmo el frente financiero hasta las elecciones de medio término.

Milei tiene que ganar esas elecciones. Esa es la primera concidión que Trump blanqueó en el encuentro celebrado en Washington. Era algo que el mercado local e internacional sospechaban. No obstante, la crudeza con la que el presidente de Estados Unidos la puso de manifiesto se pareció más a una “campaña del miedo” de las que ya se conocen en Argentina.

Donald Trump, Javier Milei y las elecciones legislativas: ¿condición excluyente o “campaña del miedo”?   

El mercado reaccionó a esa frase con un desplome del 11% en los bonos argentinos, como si vieran difícil un triunfo de La Libertad Avanza en las urnas y temieran que los dólares del Tesoro se esfumen con una eventual derrota, lo que dejaría a la Argentina muy mal parada para afrontar los vencimientos de 2026.

Sin embargo, la definición de Trump y el temblor financiero que le siguió podrían servir para abonar de aquí al 26 de octubre la idea de que una derrota del Gobierno podría ser peor que un triunfo por sus potenciales efectos en la economía. Algo similar sugirió días atrás Mauricio Macri al comparar el escenario electoral de hoy con el de las PASO de 2019.

“Si vence lo seguiremos apoyando”, ratificó Trump en otro momento de sus declaraciones ante la prensa y ante la mirada del Presidente, la secretaria General, Karina Milei, el ministro de Economía, Luis Caputo, su par de seguridad y candidata a senadora, Patricia Bullrich, y otros funcionarios.

En cualquier caso, la frase de Trump puso algo nervioso al Gobierno. Mientras los mercados se agitaban, el influyente asesor presidencial Santiago Caputo escribió en la red social X: “Clarísimo el Presidente Trump: Si en el 2027 Argentina retrocede, Estados Unidos dejará de apoyarnos“. El apuro en hacer esa diferenciación entre las elecciones de este año y las próximas presidenciales fue llamativo.

Obviamente, es un misterio cómo influirá “campaña del miedo”, ahora patrocinada directamente por Estados Unidos, en los millones de argentinos que definirán con su voto la nueva conformación del Congreso. Lo cierto es que, aunque el triunfo electoral es una condición que pesa sobre Milei para seguir contando con la ayuda del republicano, la frase se da en un contexto algo ambigüo.

Y es que a pesar de la ruidosa declaración de Trump, se conoció en las horas previas a la cumbre que hay una especie de “diplomacia paralela” a cargo del consultor norteamericano Barry Bennett, hombre que integra el equipo político del líder republicano, y de Santiago Caputo, que empezó a sondear a la oposición “de centro” en busca de apoyo para el Gobierno en el Congreso después de las elecciones.

Es decir, mientras Trump da a entender que la ayuda a la Argentina se mantiene siempre y cuando el gobierno de Milei gane las elecciones, uno de los operadores vinculados a su administración se asocia al principal estratega de los libertarios con el fin de preparar el terreno para el día después, cualquiera fuera el resultado.

La condición del acuerdo político y la influencia de Trump en el gobierno de Milei: Bennett, Bessent y la “diplomacia paralela” 

“El Presidente va a necesitar después de las elecciones hacer acuerdos políticos con gobernadores y otras fuerzas porque ahora se lo están reclamando los americanos“, señaló a iProfesional un diputado nacional que está al tanto de las gestiones que empezaron a llevar a cabo Bennet y Caputo.

El periodista Carlos Pagni reveló que Bennet y Caputo se reunieron hace pocos días con los diputados Cristian Ritondo, Rodrigo de Loredo y Miguel Pichetto, jefes de bloque del PRO, la UCR y Encuentro Federal, respectivamente. La versión indica que el consultor estadounidense les pidió que “ayuden” al gobierno de Milei después de las elecciones y sondeó la posibilidad de armar una coalición que le dé solidez política a la gestión de LLA.

Por su parte, el diputado Nicolás Massot, de Encuentro Federal, confirmó que la reunión existió. Si bien evitó dar crédito a la versión sobre la propuesta de Bessent a los opositores dialoguistas, fuentes de esos mismos espacios políticos afirman al ser consultados por este medio que la Casa Rosada ya empezó a buscar nuevos acuerdos.

Mientras Milei reconstruye el vínculo con Macri y trasciende que podría darle lugares en el Gabinete para los funcionarios técnicos de su riñón, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y Santiago Caputo conversan con los gobernadores que apoyaron al oficialismo en el primer año de mandato y también -en voz más baja- con algunos de los que integran Provincias Unidas, según deslizó a iProfesional una fuente de ese espacio.

La relación entre Francos y Caputo hoy no es buena, pero ambos apuntan al mismo objetivo: reconstruir puentes con la oposición dialoguista y consolidar nuevas alianzas que le permitan al oficialismo, con las bancas que de seguro sumará en el Congreso, avanzar con las reformas laboral y tributaria y darle una apoyatura política más sólida al programa económico de Milei.

Esa es la segunda condición que Estados Unidos le pone al gobierno libertario y es quizás más importante que la de lograr un triunfo en los comicios de medio término. La creciente influencia del republicano sobre la gestión de Milei se ve en el rol que cumple Bennet para ayudar a Caputo a contar con esos acuerdos políticos post-electorales, junto al que lleva a cabo Scott Bessent en el frente financiero.

La tercera condición de Trump apunta a China: swap sí, militares no

De la rueda de prensa que acaparó Trump surgió la tercera condición del inédito apoyo que EE.UU. le da a la Argentina de Milei: que cambie la relación con China. Esto ya se percibía desde antes de la cumbre, pero el mandatario norteamericano y el secretario del Tesoro esta vez dieron detalles muy concretos: quieren alejar cualquier influencia militar, más que económica.

Ante una pregunta sobre si el swap que Estados Unidos acordó con Argentina tiene como condición que Milei cancele el que ya tiene el país con China, Bessent aclaró que “la asistencia no está subordinada a eso”. Seguidamente explicó que cuando habló de correr al gigante asiático se refería “a puertos, bases militares, estaciones que se han creado en Argentina, más que el swap”.

Trump fue más claro aún al respecto: “No quisiera que hicieran nada con las fuerzas armadas de China eso me disgustaría”. Poco después, ante otra pregunta, el mandatario advirtió que “hay que ser cautelosos con China” y que Argentina “tiene que lidiar” con ambas potencias. Un desafío mayúsculo.

Trump y su equipo corrieron así el foco del swap que tiene el Banco Central con China a la cuestión de la presencia militar, que preocupa mucho más a Estado Unidos. Apuntaron así a la base de observación espacial que está en Neuquén, donde se sabe que hay militares chinos, y a los intereses de ese país en los puertos y otras inversiones que son estratégicas en la pulseada comercial que libran las dos potencias.

¿Cómo reaccionó la oposición a la cumbre Milei-Trump?

En cualquier caso, la cumbre de Milei con Trump ya perfila una influencia creciente de Estados Unidos en la política del gobierno libertario y, con ello, un impacto en la escena local que empezó a verse con las primeras reacciones tras el encuentro que se dio en la Casa Blanca.

A través de la red X, la expresidenta Cristina Kirchner señaló: “Trump a Milei en Estados Unidos: ‘Nuestros acuerdos están sujetos a quien gane las elecciones’. ¡Argentinos… ya saben lo que hay que hacer!”. El kirchnerismo no democró en exhibir que su estrategia de campaña será “Fuerza Patria o Trump”, como publicaron varios de los candidatos en las redes. Intenta recrear el viejo “Braden o Perón” de la década de 1940.

Otros actores de la política también intentará usar el apoyo aparentemente envenenado de Trump para su campaña. Por caso, el radical Martín Lousteau expresó: “Intromisión en asuntos de política doméstica. Extorsión al electorado argentino. Rescate financiero a cambio de no se sabe muy bien qué. Qué cara nos está saliendo la campaña electoral de Milei”.

Más sorpresiva fue la reacción del diputado Emilio Monzó, quien expresó: “No nos confundamos: Milei fue a mendigarle dinero y una foto a Trump porque su plan económico fracasó. Esperemos que Trump también logre transmitirle a Milei cierta paz para gobernar como la que consiguió en Medio Oriente”.

Se trata de una reacción curiosa por tratarse de un dirigente “de centro” que hoy se mueve como armador bonaerense de los gobernadores de Provincias Unidas a los que la Casa Rosaca quiere volver a acercar a una mesa de diálogo.

La cumbre entre Javier Milei y Donald Trump no aportó los detalles ni los anuncios que se esperaban en relación al apoyo financiero de la Casa Blanca al Gobierno libertario, pero sí confirmó que el equipo del norteamericano está muy involucrado en el destino político de La Libertad Avanza. Se sabe que esto es por intereses propios, pero también se empiezan a advertir los efectos de ese movimiento geopolítico en el tablero local. Las elecciones del 26 de octubre serán el momento bisagra tanto para Argentina como (ahora también) para Estados Unidos, que no quiere perder a su único aliado en la región sin levantarlo para influir en los otros países, como Brasil, Perú y Colombia, que elegirán presidente el próximo año. 

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