Fue una demanda que instó Patricia Bullrich a raíz de las amenazas del sindicalista, quien advirtió que el conflicto “se va a poner mucho peor”
24/09/2024 – 20:00hs
El fiscal federal Franco Picardi pidió desestimar la denuncia que el Gobierno Nacional hizo contra el sindicalista aeronáutico Pablo Biró, por amenazas luego de haber declarado en medio de la escalda del conflicto que “se va a poner mucho peor”.
La denuncia fue hecha por el Ministerio de Seguridad por expresa indicación de su titular, Patricia Bullrich. Fue en Comodoro Py y recayó en manos del juez Ariel Lijo, quien es postulado por el Poder Ejecutivo para ser parte de la Corte Suprema.
Paro en Aerolíneas Argentinas: la Justicia rechazó denuncia clave de Patricia Bullrich
Pero al tomar la denuncia y ver si la impulsa o no, para el fiscal se debe desestimar porque no existe delito alguno en esas declaraciones que Biro hizo en un programa radial el pasado 16 de septiembre.
“Esto se va a poner mucho peor. Cuando digo mucho peor no me refiero a los alcances de lo dañoso que puede ser una huelga. Lo que digo es que el Gobierno está jugando todas las cartas, muy fuerte y nosotros no estamos dispuestos a vivir bajo una tiranía”, había expresado el sindicalista en medio de la escalada del conflicto.
Para el ministerio de Seguridad, esas expresiones fueron una amenaza extorsiva y fundamentaron que se trata de un servicio esencial el transporte aeronáutico el cual se vio alterado en las últimas semanas por las medidas de fuerza.
Además refirieron en función de las medidas de fuerza que el derecho a huelga no es ilimitado, sino que “debe ser ejercido como último recurso”.
La puja entre los sindicatos y el Gobierno se da luego de varias medidas de fuerza que encabezaron en reclamo de mejoras salariales y que afectó a miles de pasajeros.
Por ahora, no hay medidas de fuerza nuevas programadas para los próximos días y está latente el proceso de privatización que se quiere imponer desde el Poder Ejecutivo.
Denuncia contra el gremio de Aerolíneas Argentinas: qué argumentó el fiscal
El fiscal Picardi entendió en un escrito presentado ante el juez Lijo que Biró no cometió ningún delito expresado en el Código Penal, entre ellos el de amenazas que calificó en su presentación el Gobierno Nacional.
“La amenaza coactiva, al igual que la figura básica, requiere para su configuración el anuncio de causar un daño futuro. Para ello, se exige que la amenaza sea grave, seria, injusta y posible. Nada de esto sucedió en el caso”, expresó la fiscalía en un escrito.
La fiscalía consideró que fue una frase sacada de contexto tal cual lo denunció el Ministerio de Seguridad y que fue en el marco de un conflicto gremial iniciado hace semanas.
También evaluó Picardi que el propio Biro dijo que si se declaraba esencial el servicio de aeronavegación, él iba a recurrir a la Justicia en virtud del conflicto presente. “Lejos de exhibir un accionar ilícito, refleja la potencial utilización de herramientas legales por parte del representante del sindicato”, evaluó el fiscal federal.
“No puedo perder de vista que las expresiones del representante gremial podrían encuadrarse como parte del ejercicio del derecho de libertad de expresión -que incluye el de peticionar ante las autoridades- y de los derechos laborales y sindicales, todos de raigambre constitucional que, a la vez, forman parte del corpus del derecho internacional de los derechos humanos”, concluyó.
“El derecho penal, entendido como la última opción para la gestión de los conflictos de diversa índole, nunca debe ser utilizado y/o transformado en el catalizador por excelencia de situaciones sociales. El derecho penal debe ser únicamente utilizado cuando existan elementos suficientes que lo tornen legítimo; y cuando se determine que es la herramienta que resolverá de manera eficiente el conflicto de fondo”, remató.
Pablo Biró advirtió mayores medidas de fuerza: el antecedente
Picardi también tuvo en cuenta que en una denuncia similar hecha tiempo atrás contra Biro por paros aeronáuticos, la propia Justicia había dicho que “no son consideradas típicas las amenazas proferidas irreflexivamente al calor de una disputa verbal, en un arrebato de ira, de nerviosismo o de ofuscación porque este tipo de supuestos carecen de idoneidad típica para amedrentar”.