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    Milei debe pagar el aguinaldo a jubilados y estatales en junio, lo que pone en juego el superávit

    La seguidilla de superávits primario y financiero que viene mostrando el tándem del presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, tendrá que enfrentar un escollo considerable en junio, un mes que estacionalmente está signado por un aumento en el gasto de la Administración Pública Nacional (APN) por el pago de la primera cuota del aguinaldo al personal estatal, los jubilados y los pensionados.

    Luego del anuncio de resultados fiscales favorables en el primer trimestre que realizó el primer mandatario el 23 de abril por cadena nacional, abril volverá a presentar un saldo superavitario tanto en el frente primario (sin incluir los servicios de deuda) como en el financiero (con los gastos totales), tal como permiten adelantar los informes sobre el resultado devengado aportados por la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) y la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).

    Milei lograría sostener el superávit en junio

    El acumulado del primer cuatrimestre refleja un superávit primario de $3.906.790 millones y uno financiero de $836.219 millones que no necesariamente sea idéntico al que la Secretaría de Hacienda de a conocer el próximo 20 de mayo. Los informes de la OPC y la ASAP toman el resultado devengado de la APN y el de Economía al ejecutado del Sector Público No Financiero, que además incluye a las empresas públicas y los fondos fiduciarios.

    La mayoría de los analistas prevé que la tendencia positiva se reiterará el mayo (condicionada a la resolución de la discusión en torno de la deuda de CAMMESA con las generadoras de energía eléctrica), pero que en junio aparecerán los inconvenientes que siempre suelen darse ese mes.

    El antecedente inmediato fue el de 2023, con la salvedad de tratarse de otro gobierno y una política económica diferente. En junio de ese año, los gastos en jubilaciones y pensiones tuvieron un aumento respecto de los de mayo del 65,17%, en tanto el gasto en personal creció 65,47% en el mismo lapso. El alivio llegó en julio, aunque la disminución del gasto no alcanzó a compensar las subas mencionadas: -28% en jubilaciones y pensiones y -26,03% en gastos de personal.

    “Por las características del mes, junio siempre viene con gastos excepcionales”, indicó al respecto Guido Rangugni, vicepresidente de ASAP, quien puntualizó a iProfesional que el gasto en aguinaldos es “estacionalmente alto”, por lo que “es muy probable que en ese mes se incurra en un déficit, ya sea medido por devengado (gastos registrados) o por caja (en función de cuando se produzcan los pagos)”.

    El pago de aguinaldos a jubilados y estatales

    El pago de aguinaldos a jubilados y estatales conllevará un gasto significativo para el Gobierno en junio.

    El Gobierno debe pagar el aguinaldo

    Para ponerlo en números, el resultado devengado de abril muestra un superávit primario de $469.022 millones y uno financiero de $154.990 millones, pero el pago de aguinaldos del sistema previsional y de los trabajadores del sector público demandará un desembolso extra de cerca de $1,7 billón, el doble de todo el superávit financiero acumulado en el primer cuatrimestre.

    En los últimos años, los gastos del sistema previsional oscilaron entre el 30% y el 40% del total de los gastos corrientes de la APN, en un seguimiento complicado por la dispar incidencia de la inflación en las sucesivas fórmulas de movilidad jubilatoria.

    Si se retoma el ejemplo de lo ocurrido el año pasado, el peso de las jubilaciones y pensiones pasó de representar un 34,16% del gasto corriente en mayo al 41,38% en junio, un salto de siete puntos porcentuales.

    De todos modos, Rangugni distingue el efecto estacional de junio de “la dinámica” del frente fiscal, “que no la define un mes en particular”.

    “Creo que lo más significativo es la dinámica del mediano plazo, cómo evolucionan los ingresos y los gastos más allá de junio, ahí está la clave para definir la tendencia”, acotó.

    En ese contexto, la estacionalidad en gastos e ingresos del sector público no se limita a junio ni a los aguinaldos. Si en junio y diciembre el impacto es negativo, en enero y julio los ingresos por el pago de aportes y contribuciones de la Seguridad Social juegan a favor de Hacienda. Además, la liquidación de la cosecha gruesa y el pago de Ganancias de Sociedades podrían ayudar a atenuar el impacto del pago de la primera cuota del Sueldo Anual Complementario.

    Luis Caputo espera mantener sus prioridades: inflación en baja y superávit fiscal todos los meses.

    Luis Caputo espera mantener sus prioridades: inflación en baja y superávit fiscal todos los meses.

    La incógnita por develar será qué pasará en el último trimestre, un período habitualmente “gastador” en la APN en el que, según Rangugni, “hay un interés en acelerar la ejecución de algunos gastos que venían demorados, porque los organismos saben que los pierden”, debido a que no pueden pasarse al ejercicio presupuestario siguiente.

    Otro aspecto para resolver excede al plano estrictamente fiscal, aunque incide en él en forma directa, y es el de la evolución de la actividad económica en lo que resta del año, en un momento en que los economistas se debaten sobre qué letra elegir (“V”, “U” o “L”) para graficar la esperada recuperación y, con ella, el repunte de la recaudación.

    “La dinámica de estos meses con los ingresos no es positiva, todo lo contrario, viene en caída”, advirtió el vicepresidente de ASAP en referencia a que la recaudación tributaria muestra un crecimiento nominal inferior al de la inflación desde comienzos de año.

    En ese sentido, destacó la diferencia entre la baja real de la recaudación del IVA y los aportes y contribuciones de la Seguridad Social, frente al incremento de cuatro dígitos porcentuales del impuesto PAIS, asociado a un régimen cambiario que se supone no se quiere sostener”, en referencia al propósito de derogar en un plazo no muy lejano las restricciones popularmente conocidas como “cepo”.

    Un desafío a tener en cuenta, mucho más con un impuesto que cuadruplicó su incidencia en la recaudación total en doce meses, al pasar del 1,68% en el primer cuatrimestre de 2023 al 7,18% en el mismo período de este año.

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