“La Argentina se hizo con el sudor y el coraje de los indios, los europeos, los criollos y los negros como María Remedios del Valle, el Sargento Cabral y Bernardo de Monteagudo”, escribió la vicepresidenta Victoria Villarruel en su defensa del país contra Francia tras la polémica por un cántico racista de la selección nacional.
El mensaje surgió luego de que el mediocampista argentino Enzo Fernández realizara un vivo de Instagram por accidente durante los festejos por el triunfo frente a Colombia en la final de la Copa América, lo que le dio a la Argentina su copa número 16 y la convirtió en la mayor ganadora del torneo internacional en la región. Allí se escuchaba cómo los jugadores nacionales cantaban un tema en contra del seleccionado francés con una letra racista. “Juegan para Francia, pero vienen de Angola (…), su padre es camboyano pero su pasaporte francés”, es una de las frases de la canción que incluye también versos homofóbicos contra Mbappé.
La selección se vio rápidamente enfrascada en una marea de críticas e insultos en redes sociales que principalmente apuntaban contra el jugador del Chelsea. A pesar del fuerte rechazo internacional, la vicepresidenta defendió a los futbolistas argentinos. “La Argentina es un país soberano y libre. Nunca tuvimos colonias ni ciudadanos de segunda. Nunca le impusimos a nadie nuestra forma de vida. Pero tampoco vamos a tolerar que lo hagan con nosotros”, publicó en X, y añadió: “Ningún país colonialista nos va a amedrentar por una canción de cancha ni por decir las verdades que no se quieren admitir. Basta de simular indignación, hipócritas”.
Villarruel no solo mencionó a Remedios del Valle, Juan Bautista Cabral y Bernardo de Monteagudo, sino que además compartió fotos de los tres referentes de la historia militar argentina, cuya participación en combates y batallas por la independencia del entonces Virreinato del Río de la Plata marcó parte de la identidad nacional.
“Madre de la Patria”, así la apodo el presidente Bartolomé Mitre en su libro Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina. A María Remedios del Valle se la reconoce como una de las pocas mujeres que luchó en las guerras de la Independencia y fue auxiliar en las Invasiones Inglesas. Su participación le mereció el título de “capitana”, otorgado por Manuel Belgrano y, a la larga, de sargento mayor del Ejército.
La primera expedición que realizó fue entre 1810 y 1818 en el Alto Perú, que refiere a las cuatro campañas donde el Ejército del Norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata realizó en el lugar durante la Guerra de Independencia de la Argentina. Allí luchó con su esposo y sus dos hijos, aunque también se encargó de alimentar y curar a los soldados, un rol común entre las mujeres en esa época.
Aún así, sufrió duras derrotas militares. Su esposo e hijos murieron durante la Batalla de Huaqui y, luego, vivió las derrotas también en las batallas de Vilcapugio y Ayohúma, en esta última donde asistió al ejército de Manuel Belgrano. Allí fue herida de bala, capturada y azotada públicamente.
Su reconocimiento surgió luego de sus luchas militares: en 1820, generales y coroneles la apoyaron en al obtención de un reconocimiento por sus servicios prestados a la Patria. Actualmente, el 8 de noviembre de cada año se conmemora el Día Nacional de los Afroargentinos y la Cultura Afro, en honor a su fallecimiento.
Cabral, soldado heroico
Juan Bautista Cabral obtuvo su apellido de Luis Cabral, estanciero al que sus padres José Jacinto y Carmen Robledo, ambos de ascendencia africana, servían como esclavos. Por ese apellido es que pudo anotarse en el ejército en 1812. Aunque 89 correntinos se anotaron, solo 16 llegaron a Buenos Aires, entre ellos Cabral, quien rápidamente fue enviado al escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo.
Con ese escuadrón es que pelearía en el famoso Combate de San Lorenzo, onde ocurriría la histórica escena de salvación al prócer José de San Martín. El entonces coronel quedó inmovilizado luego de que su caballo cayera sobre su pierna por una bala y Cabral lo ayudó, aunque se cobró su vida tras dos heridas mortales. Por ello, luego de su fallecimiento, se le otorgó el grado de sargento y San Martín lo honró con un cenotafio -un monumento funerario- y un tablero oval en la puerta de entrada del cuartel de Granaderos de Buenos Aires, donde decía: “Al soldado Juan Bautista Cabral. Muerto en la acción de San Lorenzo el 3 de febrero de 1813. Sus compañeros le tributan esta memoria”. Hoy, la Escuela de Suboficiales del Ejército Sargento Cabral honra su memoria.
El abogado Bernardo de Monteagudo escribió una de las primeras proclamas independentistas en el sur del continente. “Habitantes del Perú: si desnaturalizados e insensibles habéis mirado hasta el día con semblante tranquilo y sereno la desolación e infortunio de vuestra desgraciada Patria, despertad ya del penoso letargo en que habéis estado sumergidos. Desaparezca la penosa y funesta noche de la usurpación, y amanezca luminoso y claro el día de la libertad. Quebrantad las terribles cadenas de la esclavitud y empezad a disfrutar de los deliciosos encantos de la independencia”, escribió 1808 en un texto compartido actualmente por el historiador Felipe Pigna.
Con solo 19 años fue redactor y promotor de la revolución de Chuquisaca, un levantamiento popular en 1809 en La Plata que fue impulsor de la revolución que se daría un año después. Tras el levantamiento cayó preso en la Real Cárcel de la Corte de Chuquisaca por rebelarse contra el rey. Aún así, su historia lo llevaría en 1810 a ser el secretario de Juan José Castelli, quien estaba al mando del ejército expedicionario. Según Pigna, los realistas y saavedristas veían en ellos los “esbirros del sistema robespierriano de la Revolución Francesa”. Así, Monteagudo participó en las luchas por la independencia en el Río de la Plata, Chile y Perú.
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