Un alarido, un estruendo, un grito mancomunado absolutamente ensordecedor. La bronca se convirtió en una expresión colectiva con una dirección clara de esa manifestación: Juan Román Riquelme. La derrota de Boca Juniors contra Independiente activó una ola de indignación.
El Xeneize perdió 1-0 frente al Rojo, en los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional del Fútbol Argentino, lo que dictaminó la eliminación e hilvanó otro fracaso en este semestre. El club de la Ribera se quedó con las manos vacías y sin objetivos.
La multitud que colmó las tribunas reaccionó espontáneamente tras el final del encuentro, así se produjo un momento icónico en la historia de Boca, porque le dedicaron cánticos, silbidos e insultos al máximo ídolo, a ese hombre que protagonizó las mayores gestas.
En su rol de presidente, Riquelme recibió la típica oda de repudio, esas estrofas que rezan: “La comisión (directiva) se va a la p…“. Un mensaje preciso y único, que exige la renuncia de todos los miembros del máximo órgano de gobierno de la institución.
LA BOMBONERA INSULTÓ A RIQUELME
La transmisión televisiva oficial, que contó con el relato del Pollo Vignolo, enfocó la ubicación de Juan Román, en su palco de siempre, lo que permitió dilucidar el lenguaje corporal, esa incomodidad ante la solicitud mancomunada de todos los hinchas de que se baje de su puesto de máximo dirigente.
Las redes sociales también apuntaron contra Juan Román y lo transformaron en tendencia en Twitter, donde se multiplicaron los posteos en su contra. Todo esto motivado en un presente adverso a nivel resultados, con la eliminación muy temprana en la Copa Libertadores y el despido de Fernando Gago como director técnico.