Javier Milei dejó en claro que se toma en serio su apuesta electoral para las legislativas del 2025: no tanto por el acto de Parque Lezama, donde su militancia habitual aplaudió sus consignas libertarias, sino más bien por el hecho de buscar, en el programa de Susana Giménez, una llegada masiva al público que habitualmente no sigue los temas políticos.
Después de la frustrante cadena nacional en la que presentó el presupuesto 2025, que tuvo un bajo rating -el encendido en todos los canales de aire antes del discurso era 15,9 puntos y se desplomó a 3,5-, ahora a Milei le fue notoriamente mejor, con un rating de 14 puntos junto a la Susana en la pantalla de Telefé.
La diva, fiel a su estilo, tuvo una actitud amable y poco incisiva en los temas más calientes del momento, y más bien se preocupó por revelar los aspectos más personales y “humanos” del presidente.
Aun así, Milei aprovechó para pasar algunos mensajes políticos, como que el índice de pobreza está cayendo y que en la próxima medición esto se verá claro, porque los salarios y jubilaciones ya están creciendo por encima de la inflación. Y sorprendió a Susana al afirmar que, de no haber sido por el duro plan de ajuste fiscal, ahora la pobreza estaría superando el 90%.
Era un argumento que ya había planteado en su extenso discurso del sábado en el Parque Lezama, cuando anunció su voluntad de transformar a La Libertad Avanza en una fuerza con proyección nacional para “dar el batacazo” en las elecciones legislativas del año próximo.
Ese acto contó, además, con la novedad de la presentación pública de Karina Milei como oradora. Algo nerviosa, la secretaria general de la presidencia salió de su habitual postura de “mujer detrás del trono” para leer una arenga en la que quedó en claro que el partido de Milei aspira no solamente a “morder” en el electorado tradicionalmente peronista, sino también a fomentar la fisura de Juntos por el Cambio, donde el sector más afín a Patricia Bullrich comparte el estilo agresivo del presidente.
En todo caso, tampoco fue casualidad que a lo largo de la entrevista, Susana Giménez hiciera alusión repetidas veces a Karina, a quien ponderó por su simpatía personal. La diva terminó la entrevista con un elogio al presidente y el deseo de que Argentina “pueda liberarse de sus problemas”.
Operación “ablande” de Javier Milei
En definitiva, esta entrevista, que puso a prueba las habilidades sociales de Milei cuando sale de su libreto de economista, lo dejó relativamente bien parado ante un público no politizado. Y compensó, de alguna manera, el poco feliz “timing” político del jueves pasado, cuando Milei y Susana saludaron desde el balcón de la Casa Rosada justo cuando se acababa de conocer la cifra récord de pobreza e indigencia.
Para Milei, la entrevista con Susana fue una oportunidad de “ablandar” su imagen, sobre todo después de los duros cruces públicos que no se han limitado a dirigentes políticos como Cristina Kirchner, sino que han vuelto otra vez a figuras populares como la cantante Lali Espósito.
En el ámbito favorable que le propició Susana, Milei aprovechó para recordar su pasado de futbolista en la adolescencia, habló de su admiración incondicional por Lionel Messi y su deseo de conocerlo. Habló sobre su célebre peinado secado al viento mientras manejaba su auto. También contó como, durante las crisis cambiarias e inflacionarias de los años 80 le nació la vocación de economista, porque lo impactó el ver que esas crisis hacían que personas ganaran o perdieran fortunas en pocos días.
Y, sobre todo, el plato fuerte de la entrevista fue su relación afectiva con Amalia “Yuyito” González. No dio mayores detalles, escudándose en su investidura presidencial, y Susana no se mostró insistente para conocer intimidades.
Pero el mensaje principal quedó claro. El presidente está en pareja. Considera a “Amalia” -nunca la llamó por su nombre artístico de Yuyito- como una mujer afectuosa, inteligente y que comprende el rol que debe ocupar en esa relación. Se cuidó, además, de aclarar que su relación recién se inició después de haber cortado el anterior vínculo con Fátima Florez, y que es respetuoso de la monogamia.
No hubo alusiones a la diferencia de edad entre los dos novios. La ex vedette, que le lleva 10 años a Milei, fue una sex symbol en los años ’80, como parte de la escudería televisiva de Gerardo Sofovich. Saltó a la fama justo en la época en que el hoy presidente despertaba a la vocación por la economía.
Tres décadas más tarde muchas cosas han cambiado a nivel social. Programas de TV como “Operación JaJa”, en el que Yuyito González saltó a la fama, ya no son posibles en una cultura que condena la “cosificación” de la mujer, que en el humor de aquella época estaba siempre expuesta a primeros planos del trasero en medio de chistes de doble sentido.
Pero otras cosas, sin embargo, no han cambiado tanto. Por ejemplo, sigue siendo algo incómodo y difícil de digerir el hecho de que un presidente no tenga pareja. Hay una suerte de condena social difusa en esa situación, que sigue siendo fuente de sospechas de que algo no está bien en una persona que quiere conducir los destinos del país pero que no logra resolver el destino de su propia vida privada.
Desde ese punto de vista, la charla con Susana Giménez cumplió un cometido importante para este momento del presidente: consolidarse como algo más que un dirigente de perfil técnico para sacar a la economía de una situación de emergencia y captar la simpatía propia de un líder popular.
Javier Milei enamorado versus los peronistas violentos
Otro punto importante para la lectura política es que, a diferencia de lo que ocurría con Fátima Florez, esta nueva relación parece contar con la bendición de Karina Milei, que cuida la imagen del presidente y que no está dispuesta a perder el rol de “primera dama de hecho”, que la lleva a marcar presencia en todas las situaciones institucionales y diplomáticas.
En principio Yuyito, con una agenda más centrada en la actividad local y, al parecer, menos aspiraciones de protagonismo en la diplomacia y el protocolo que el que ostentaba Fátima, podría adaptarse mejor a las exigencias del entorno de Milei.
Quedará para el debate de polítólogos hasta qué punto esta estrategia comunicacional de mostrar su relación con “Yuyito” le suma o le resta a Milei en un momento de dura puja por los recursos fiscales y un clima de conflictividad creciente.
Por lo pronto, hay un tema que claramente juega a favor: se genera un notorio contraste con la situación que está viviendo el peronismo tras las acusaciones contra Alberto Fernández por violencia conyugal. Es una situación que no solamente afecta al ex presidente sino a toda una corriente política del peronismo. Porque Fernández no sólo quedó imputado en una causa judicial, sino que es acusado de encarnar la doble moral de un discurso progresista que no se condice con la conducta privada.
En contraste, el aire ingenuo de Milei al hablar de su enamoramiento de Yuyito podría generar simpatía en el electorado. Y, desde ya, se encadena con una larga tradicional política argentina, donde muchos presidentes -entre los que sobresalen Juan Domingo Perón y Carlos Menem– han alimentado la mitología popular por su fama de seductores y relaciones con figuras del ambiente artístico.
Falta mucho para las elecciones legislativas, pero Milei dio la señal de largada. Y su declarada admiradora Susana Giménez acaba de hacer una contribución al inicio de la campaña.