Comodoro Rivadavia despertó este viernes 26 de diciembre con el eco de explosiones que resonaron durante la noche navideña, transformando una fiesta familiar en una fuente de preocupación para miles de vecinos.
Mientras las familias buscaban celebrar con alegría, el cielo comodorense se iluminó fugazmente, pero fue el ruido ensordecedor de bombas y petardos el protagonista indiscutido, generando incendios en distintos puntos de la ciudad petrolera.
En diálogo con Radio del Mar, Maxi Bidolsky, conocido como el Mago Tole y figura histórica del rubro pirotécnico en la ciudad, lanzó una dura advertencia: la falta de controles y la proliferación de ventas ilegales repiten el mismo drama año tras año.
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Foto: archivo ADNSUR
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“Todos los años sucede lo mismo”, lamentó Bidolsky, un veterano del sector con décadas de experiencia en la comercialización de pirotecnia. Sus locales, estratégicamente ubicados en puntos clave de la ciudad petrolera, operan bajo estrictas normativas municipales. “Estamos habilitados exclusivamente para productos de luz y color, tal como lo exige la ordenanza vigente. No vendemos ni un fosforito. Todo lo que ofrecemos es lumínico, sin estruendo”, enfatizó con firmeza.
Esta distinción no es menor: en Comodoro, la normativa prohíbe explícitamente artefactos sonoros para proteger la salud auditiva, especialmente de niños, personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), mascotas y adultos mayores.
EL AUGE DE LA PIROTECNIA CLANDESTINA EN COMODORO
A pesar de cumplir al pie de la letra con la ley, Bidolsky reveló que sus negocios enfrentaron una oleada de críticas y hasta ataques durante las fiestas. “Recibimos insultos y cuestionamientos en redes sociales, pero también hubo más comentarios positivos de la gente, que valora tener un lugar habilitado para comprar pirotecnia segura”, contó.
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Familias enteras, incluyendo aquellas con niños autistas o dueños de mascotas sensibles al ruido, llenaron los locales en busca de alternativas pacíficas: bengalitas románticas, candelas chispeantes, tortas lumínicas que pintan el cielo de colores vibrantes y volcanes que iluminan patios sin alterar la tranquilidad vecinal.
Sin embargo, el Mago Tole fue categórico al deslindar responsabilidades: “La mayoría de las explosiones que se escucharon no provienen de comercios legales, sino de productos ingresados de manera informal”.
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Según su testimonio, la pirotecnia clandestina -bombas de estruendo, cohetes potentes y petardos de alto impacto- ingresa a la ciudad por rutas ocultas. “Entra por encomiendas postales, transporte terrestre desde otras provincias e incluso por courier privado”, detalló. Peor aún, su comercialización se viraliza en plataformas digitales: grupos de WhatsApp cerrados, publicaciones en Facebook Marketplace e Instagram Stories ofrecen estos artículos prohibidos sin pudor alguno.
“Lo venden descaradamente, con fotos y precios. Si no hay controles, siempre va a haber estruendo”, advirtió Bidolsky, pintando un panorama de impunidad que afecta directamente la seguridad pública.
DE LA CONCIENTIZACIÓN A LEYES NACIONALES
La problemática no es exclusiva de Comodoro Rivadavia; es un flagelo que azota todo el país, agravado por la heterogeneidad de regulaciones locales. Bidolsky propone un abordaje integral: campañas de concientización masivas en escuelas, medios y redes sociales para educar sobre los riesgos de los artefactos sonoros -daños auditivos irreversibles, estrés postraumático en animales y pánico en personas vulnerables-.
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Foto: ilustrativa Ámbito
Además, exige controles municipales más rigurosos, como inspecciones aleatorias en paqueterías y operativos en plataformas digitales. “Necesitamos una legislación unificada a nivel nacional que impida no solo la producción, sino la circulación de estos productos”, sentenció.
Pese al contexto adverso, el balance comercial para los pirotécnicos legales fue positivo. “La gente quiere luz y color. Los locales se llenan: padres con chicos con TEA, familias con perritos nerviosos, todos buscando esa magia navideña sin trauma”, celebró Bidolsky. Este viernes, mientras la ciudad procesa los restos de la celebración, el referente mira al futuro con optimismo cauto. Sobre el próximo 31 de diciembre, fue claro: “Ojalá supere a Navidad, pero de luz y color, sin estruendo. Queremos que las fiestas brillen, no que retumben”.