La noche del pasado viernes 19 de septiembre, Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) se subieron a una camioneta que las pasó a buscar por la rotonda de La Tablada, en La Matanza, para ir a una supuesta fiesta en una casa de Florencio Varela, donde fueron brutalmente asesinadas. A tres meses del triple crimen, que habría tenido detrás una venganza narco, la causa tiene 11 detenidos, prófugos y sumó nuevos sospechosos.
A las jóvenes las mataron en la madrugada del sábado, pero previamente las torturaron y los responsables transmitieron la espeluznante sesión a través de un video privado en una red social, según la investigación. El expediente inició en el fuero penal de La Matanza, con la intervención del fiscal Adrián Arribas, y pasó a la Justicia Federal de Morón, donde quedó a cargo de la fiscal Mariela Labozzetta y del juez Jorge Rodríguez, debido a la complejidad del entramado criminal y a la vinculación con el narcotráfico.
Triple crimen: aceptaron las prisiones preventivas para los detenidos y la causa pasó a la Justicia Federal
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Antes del cambio de fuero, Arribas dictó la prisión preventiva para once imputados: Víctor Sotacuro Lázaro, Matías Ozorio, Magalí Celeste González Guerrero, Miguel Ángel Villanueva Silva, Iván Giménez, Florencia Ibáñez, Daniela Iara Ibarra, Maximiliano Andrés Parra, Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”; Joseph Freyser Cubas Zavaleta, conocido como “Señor J”; y Mónica Débora Mujica.
Los hombres están acusados como coautores de “privación ilegal de la libertad agravada, en concurso real con homicidio agravado por la participación de dos o más personas, la alevosía, el ensañamiento, la premeditación y la violencia de género, además del agravante de criminis causa”.
En el caso de las mujeres imputadas, la calificación excluye el femicidio; y para Parra e Ibarra -quienes fueron hallados cuatro días después de que se cometieran los asesinatos limpiando la escena del crimen- se sumó una imputación secundaria por encubrimiento agravado.
Triple crimen: tres sospechosos bajo la mira
Con el avance de las medidas, el juez Rodríguez ordenó profundizar la identificación de tres personas que se cree que habrían estado en la casa del barrio Villa Vatteone, en la calle Chañar al 702. Acorde a la información que trascendió de la declaración de algunos imputados, los mencionaron con los apodos de “Nero”, “Paco” y como un “hombre mayor, de tez blanca y con canas”.
“Paco” sería un adolescente de apróximadamente 16 años, de nacionalidad peruana, que llegó a la Argentina junto a “Nero”, de 18, con quien se dedicaría al narcomenudeo. Una de las imputadas los ubicó en la vivienda del horror antes de la llegada de las chicas, mientras se cavaba el pozo donde luego fueron enterrados los cuerpos, y habrían estado con “Pequeño J” y Ozorio.
Luego, siempre según este testimonio, habrían sido quienes incendiaron en un descampado la camioneta Chevrolet Tracker blanca que pasó a buscar a las víctimas, con el fin de borrar evidencias.
El tercer sospechoso, mencionado por la misma imputada, sería el conductor de este rodado, es decir, quien las trajo desde La Matanza hasta Florencio Varela.
Fue descripto como un hombre que también sería oriundo de Perú, sin tatuajes -al menos visibles- y que portaba una pistola Glock. En las cámaras de seguridad, se ve que la Tracker es acompañada por otros vehículos, como el Volskwagen Fox blanco en el que iban Sotacuro, su sobrina, Florencia Ibáñez, y el amante de ella, Alex Roger Ydone Castillo (50), uno de los tres prófugos.
Prófugos y líneas de investigación
Además de Ydone Castillo, se inició un pedido para la captura internacional de otros dos sospechosos: David Gustavo Huamani Morales, mejor conocido como “El loco David” o “El Tarta”; y Manuel Valverde Rodríguez, tío paterno de “Pequeño J”, que a pesar de que hubo personas que lo reconocieron dentro de la casa de Chañar, dio una entrevista donde mostró documentos que supuestamente señalan que no habría estado en Buenos Aires en esa fecha.
Tras las declaraciones de los imputados, principalmente de Guerrero y Sotacuro, se apuntó contra Huamani Morales como uno de los sicarios que habrían participado del triple crimen. El supuesto remisero también agregó que “El Loco David” sería el dueño de la partida de droga que habría motivado la venganza narco y habló de casi 400 kilos de cocaína, dato que aún no pudo ser corroborado por las autoridades -otros testimonios hablaron de cantidades mucho menores, como 4 kilos-.
La Justicia Federal intenta terminar de determinar el móvil de los asesinatos de Lara, Brenda y Morena. Hasta el momento, las versiones surgieron principalmente de los propios imputados, cuyas declaraciones no están sujetas a la obligación de decir verdad. Así, el magistrado y la fiscal pidieron la colaboración de la Dirección de Cooperación Internacional del Ministerio Público Fiscal (MPF) para avanzar en otras medidas.
Entre ellas, se solicitó el análisis de todas las líneas telefónicas registradas en la zona en la noche de los crímenes y los reportes de las aplicaciones de viaje para ver si los sospechosos pidieron autos desde ese lugar o si los mismos fueron a la propiedad investigada.
La Justicia busca tres prófugos más por el triple crimen en Florencio Varela y se habla de al menos 15 implicados
Tres meses del triple crimen de Florencio Varela
La última vez que las tres jóvenes fueron vistas con vidas por sus familias fue el 19 de septiembre, cuando les dijeron que iban a ir a una fiesta. Inicialmente se conoció que les habían prometido 300 dólares a cada una, pero todo fue un engaño: las llevaron a Villa Vatteone, donde las redujeron, las golpearon, torturaron y finalmente las mataron, presuntamente porque las víctimas -o al menos una de ellas- habrían estado relacionadas con el robo de la partida de droga. Luego, las mutilaron y ocultaron sus cuerpos en el jardín de la vivienda.
Los primeros en ser capturados fueron Maximiliano Parra (18) e Iara Ibarra (19), quienes fueron descubiertos limpiando con lavandina las manchas de sangre halladas en la casa. Después atraparon a González Guerrero y su pareja, Villanueva Silva -que sería parte de la agrupacion criminal-, quienes se escondían en un hotel alojamiento cercano.
Más tarde cayó Víctor Sotacuro Lázaro (41) en Bolivia, acusado de ser el conductor de uno de los autos que acompañó a la camioneta que trasladó a las víctimas; y al poco tiempo detuvieron a su sobrina, Ibáñez (30) -que lo acompañó en el vehículo-; y a Iván Giménez (28), joven que habría contratado para cavar el pozo donde se intentó esconder los cadáveres.
El martes 30 de septiembre arrestaron a “Pequeño J” y a Matías Ozorio (28) en la ciudad de Lima. El primero está detenido en Perú, a la espera de la extradición, y el segundo, señalado como su mano derecha, fue expulsado y trasladado a Argentina. Cabe señalar que se logró comprobar que Valverde Victoriano conocía al menos a Lara Gutiérrez, ya que una cámara de seguridad lo captó caminando junto a la menor y otras dos personas semanas antes de la masacre, en el barrio porteño de Flores.
Los últimos en caer fueron Zavaleta Cubas, alias “Señor J”, que ya estaba bajo arresto en la Alcaldía Cavia de la Policía Federal a la espera de ser extraditado a Perú por otra causa vinculada al narcotráfico, y Mónica Mujica (37), esposa de Sotacuro y de quien se cree que estaba al tanto de los crímenes y que formaría parte de la banda.
FP
