24, septiembre, 2025

Mujeres con Oficios: Se dice albañila”, porque antes no había mujeres en la construcción

Mujeres con Oficios es finalista del certamen Abanderados, una iniciativa de El Trece, Luz Libre y Fundación Noble. La asociación sin fines de lucro creada por Sandra Bulacio impulsa la inclusión femenina en tareas que siempre fueron consideradas de hombres, como es la construcción o la carpintería, entre tantas otras.

Su fundadora, maestra de Lengua, madre y sobreviviente de violencia de género, se sintió honrada por el reconocimiento aunque consideró que el mayor premio es poder ayudar a otras mujeres: “Yo miro esa foto donde estoy golpeada y después me miro ahora, y ya está. Ese es todo el premio que necesito, ese es todo el pago que necesito. La mujer que soy ahora y todo lo que puedo hacer por las otras”, contó a Perfil Córdoba.

En un país donde conseguir empleo es cada vez más complicado, el grupo de cordobesas “Mujeres con Oficios” decide desafiar los estereotipos y abrir camino en sectores donde no hay lugar para las ellas. Cerca de cumplir seis años, se consolidan como un referente nacional en capacitación y empleo inclusivo.

De un posteo en Facebook a más de 60 cursos gratuitos

La historia comenzó casi por casualidad. Sandra necesitaba arreglar algo de madera en su casa y publicó en Facebook preguntando si había alguna carpintera en la zona. La respuesta fue abrumadora: 250 mujeres comentaron que querían aprender oficios como carpintería, electricidad o albañilería.

Ese fue el punto de partida. Sandra creó un grupo en la red social para que las interesadas pudieran compartir experiencias y tutoriales de lo que sabían hacer. Luego, con un pequeño grupo de amigas comenzó a planificar capacitaciones, sin recursos y sin recibir dinero a cambio. Y posteriormente, pudieron generar redes de contactos, de propuestas de trabajo y de conexiones con empresas.

“Hasta hoy seguimos trabajando sin cobrar un peso. Yo vivo de mi sueldo como docente y a veces hasta pongo de mi bolsillo para que el proyecto siga. No buscamos cargos políticos ni protagonismo personal: buscamos abrir puertas”, remarca Sandra.

“Los cursos que había, los lugares que había para aprender estas cosas, no se notaban para las mujeres. Pero si había cursos de peluquería, de manicuría, de cocina o panadería. Ya sabemos a cuáles iban las mujeres y a cuáles los varones”, explica.

El proyecto no solo enseña técnica, sino que también trabaja sobre la independencia económica femenina, entendida como una herramienta de transformación social: “el trabajo salva, da dignidad y permite elegir. Cuando una mujer tiene independencia económica, puede salir de relaciones abusivas y construir un futuro propio”.

Reconocimientos y sueño de una sede propia

En 2024, Mujeres con Oficios ganó el premio Mujeres que Inspiran en la Construcción de Holcim y este año Sandra es finalista del Premio Abanderados: “es un honor para nosotras. La visibilización nos permite armar redes porque no tenemos subsidios ni financiamiento estatal. Todo lo hacemos gracias a colaboradoras voluntarias y gente que cree en el proyecto”.

El gran objetivo de este año es construir su propia sede: “nos encantaría tener un lugar propio. Tenemos mano de obra, porque las chicas saben hacer de todo, pero necesitamos materiales. Con el premio y las gestiones que estamos haciendo, queremos hacer la platea y tener un espacio donde podamos capacitar, producir y mantener seguro el lugar”.

¿Por qué contratar a mujeres?

“Al principio algunos empresarios decían que no podían contratarlas porque no había baños para mujeres o porque podían quedar embarazadas. Pero el cambio cultural está llegando: cada vez más empresas se animan a contratarlas y descubren que el trabajo femenino suma calidad y compromiso”, dice Sandra.

Los oficios tienen muchísima demanda, y las cuestiones físicas ya no son límites. “Hace poco hicimos un convenio con la provincia de Córdoba y tres empresas para que haya un cupo del 5% de mujeres en la construcción. Es poco, pero es un comienzo. Sirve para que nosotras podamos capacitarnos y luego ser tomadas no solo por ser mujeres, sino por nuestra calidad y compromiso”.

Sandra insiste en que la presencia femenina no reemplaza a nadie: “hoy la fuerza física ya no es una limitante: las bolsas de 25kg de cemento pesan menos, hay puentes grúa y tecnología. Ya nadie hace fuerza ahí. El verdadero obstáculo es cultural”.

Capacitación, empleo y autonomía económica

El camino no estuvo exento de obstáculos. “Nada más que un 30% son mujeres las que manejan y de ese 30% no todas tienen carnet. Pero todos sabemos que manejan mejor que los varones. Sin embargo, el auto sigue siendo visto como un territorio masculino”, dice Sandra.

Uno de los principales desafíos es el horario de cursado. “Los cursos a la noche nos limitan muchísimo, porque muchas mujeres todavía tienen que estar en su casa cocinando, atendiendo al marido cuando vuelve del trabajo y a los hijos. Eso también es violencia: que tengamos que dejar toda nuestra vida en pos de atender al otro y que no podamos estudiar ni trabajar”.

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Para derribar estas barreras, Mujeres con Oficios genera alianzas con empresas, municipios y asociaciones civiles que colaboran con espacios, materiales y oportunidades de empleo. “Cada vez que nos conocen, las empresas nos llaman y nos dicen: ‘Chicas, ¿podemos hacer algo con ustedes?’ Y así se abren puertas”, explica Sandra.

Además, crearon el programa Hoy por ti, mañana por mí, donde las alumnas aplican lo aprendido en la casa de alguna compañera que lo necesite: colocan cerámicos, refuerzan rejas o mejoran instalaciones. “Nos pasó con una mujer cuyo marido la había acuchillado. Estaba por salir de la cárcel y ella tenía miedo. Fuimos a colocarle rejas y puertas para que estuviera segura”, relata Sandra.

Romper con los estereotipos en oficios convencionales es la tarea que llevan siempre como desafío. “Yo soy profe de lengua, y me preguntan: ¿se dice albaila o albanil? Yo digo, se dice albanila porque ahora hay albanilas. No estaba la palabra porque no existían”.

Cómo participar: cursos, beneficios y colaboración

Hasta el momento, dictaron 61 cursos en oficios como:

  • Albañilería y pintura
  • Manejo de retroexcavadora, tractores y autoelevadores
  • Seguridad en obras de construcción
  • Fumigación con mochila
  • Gomería y carnicería
  • Colocación de cerámicos
  • Mantenimiento de piletas

Todos los cursos tienen certificación oficial.

“Ya nos conocen en la zona, y tener un certificado de Mujeres con Oficios te abre puertas: podés pedir trabajo en una obra, en una empresa o trabajar por tu cuenta”, explican.

Para inscribirte, en su página web hay un formulario abierto, donde seleccionás el curso de interés. Si bien son gratuitos y muchos de ellos no tienen límite en cupos, hay un criterio de elegibilidad: tener familia (o no), no haber tenido un trabajo, no tener independencia económica, y tener la necesidad y deseo de trabajar.

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Si sos empresa o querés ser socio

Si tenés una empresa y querés sumar mano de obra capacitada o ser socio, podés asociarte a la organización y abrir cupos de capacitación. Cada alianza genera un puente directo entre las alumnas y el mercado laboral.

También podés colaborar como socio individual:

  • – Aportando desde $2.000 mensuales
  • – Sosteniendo materiales y cursos
  • – Ayudando a ampliar el alcance del proyecto en toda la región

En su página web y redes sociales hay formularios, mail y teléfono de contacto para inscribirse o asociarse.

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