Luego de las elecciones porteñas de mayo, la Legislatura porteña se transformó en territorio de disputa más que nunca. Rosca va, rosca viene, el oficialismo se enfrenta a un panorama de doble dificultad: por un lado, la defensa a capa y espada de la gobernabilidad de Jorge Macri, empujando la agenda del jefe de Gobierno, y por otro, la obligación de generar consensos. La discusión por el Presupuesto 2026 y la pelea por la vicepresidencia primera marcarán el pulso de cara al cierre de año.
Aquella noche, Vamos por Más contaba con 15 legisladores, de los cuales 12 votaron afirmativos y otros tres se abstuvieron. Para los 31 finales, cosecharon apoyos de la Unión Cívica Radical-Evolución (8), Confianza Pública (3), Movimiento de Integración y Desarrollo (2), Partido Socialista (1), Compromiso Liberal Republicano (1), Republicanos Unidos (Santoro) y LLA: Marra, Eugenio Cassieles y Jorge Reta, que hoy conforman el bloque República. El peronismo, la izquierda y más de la mitad de los libertarios lo rechazaron.
Desde entonces se produjo una sangría que derivó en la salida de cinco legisladores del oficialismo. Emmanuel Ferrario y Claudio Romero, que habían votado a favor, pasaron a conformar Volver al Futuro, el espacio de Horacio Rodríguez Larreta. Mientras que los bullrichistas Juan Pablo Arenaza, Silvia Imas y María Luisa González Estevarena, que se abstuvieron, hoy integran el bloque violeta.
Con diez diputados propios, el oficialismo necesitará recurrir a la rosca y al consenso como pocas veces ante la fragmentación en la que se encuentra atravesada la Legislatura. El peronismo, con 18 legisladores, es la primera minoría y aumentará su peso a 20 a partir de diciembre. LLA quedará en segundo lugar con 13 curules. El PRO, con propios y ajenos y con la duda de su reeditará o no el interbloque con los cívicos, seguiría en diez.
El acuerdo electoral entre Macri y Karina Milei, por lo pronto, no rebotó en el plano legislativo y hay quienes dudan de que tenga finalmente un efecto resonante en cuanto a apoyo a la agenda del oficialismo. De todas maneras, el impacto político es indudable: el acercamiento entre el PRO y LLA disparó un alejamiento de los bloques opositores dialoguistas, lo cual podría complejizar aún más la tarea de Nieto para construir consensos y llegar a los 31 votos.
MATÍAS LOPEZ
La negociación por la vicepresidencia primera de la Legislatura
La sanción del Presupuesto 2026 será el objetivo más grande del macrismo para lo que resta del año. Pero no será el único. También se dará a la tarea de retener la vicepresidencia primera de la Legislatura que actualmente ocupa Matías López. En el Palacio de la calle Perú la discusión aún está en lejos de entrar en terrenos decisivos. La campaña para las elecciones de octubre hoy tiene prioridad en la diaria, aunque el nombramiento de las autoridades del recinto es un tema que promete negociaciones acaloradas. Así se palpa en los despachos que pudo consultar Ámbito.
Por lo pronto, el consenso general apunta a que el oficialismo deberá trabajar más de la cuenta para volver a sostener el cargo de mayor importancia por debajo del que ostenta la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio, como Presidenta de la Legislatura. “A diferencia de otros años, no creo que vayan a tener una tarea fácil en esta oportunidad”, expresó una voz que hizo especial hincapié en la atomización partidaria y al peso que tendrán el peronismo y los libertarios en el ecosistema futuro.
El Vicepresidente Primero tiene bajo su cargo la administración y coordinación de la Legislatura. Entre sus funciones resaltan la convocar a reuniones de Labor Parlamentaria -donde se definirán los temas de las sesiones-, elaborar y elevar a la Presidenta de la Cámara el presupuesto de gastos del recinto, redactar un balance y rendición de cuentas, además de designar y remover empleados, entre otras funciones. Su nombramiento se realiza por mayoría simple y el mandato tiene duración de un año, pudiendo ser reelectos.
La reelección de Matías López, la pelea del peronismo y el peso del acuerdo LLA-PRO
La primera vicepresidencia la ocupa López. En tanto que la segunda está bajo la tutela de Matías Lammens, como representante del peronismo. La tercera es ocupada por la titular de Confianza Pública y candidata a senadora por Ciudadanos Unidos, Graciela Ocaña. Para ser designados deben ser votados por sus colegas del recinto.
En el escenario actual, donde habita la confrontación y se ensancha la polarización, hay quienes destacan la importancia de personas “de diálogo y consenso” que sean capaces de articular voluntades, por fuera de las disputas partidarias y políticas. Tanto López como Lammens y Ocaña cumplen con esa función actualmente.
graciela ocaña
En el oficialismo pretenden retener la autoridad de la cámara y la figura de López aparece entre los apuntados para seguir en el cargo. De un lado y del otro de la Legislatura destacan su amplitud. “Es un político de diálogo que siempre se portó bien con todos y nunca hizo ninguna triquiñuela. Es un tipo confiable para todos los bloques. No hay que descartar que siga”, afirmó una fuente de la oposición.
Dada la fragmentación que hay dentro del recinto y el escenario que se presenta para los próximos dos años, las chances de López de seguir como máxima representación de los legisladores en el recinto crecen día a día. “Tiene buen vínculo, buena relación y diálogo con todos. La política puede querer que vaya uno u otro, pero ese lugar lo votan sus colegas”, remarcó otra voz parlamentaria.
López es legislador porteño desde 2019. Entre quienes lo conocen señalan su buen vínculo con Diego Santilli, quien en el último tiempo promovió el acercamiento entre el PRO y La Libertad Avanza. El exvicejefe de Gobierno será candidato a diputado nacional por la Provincia en la boleta violeta.
Luego de las elecciones de mayo, el peronismo, pese a haber salido segundo, creció en representación. Por ese motivo, uno de los objetivos que proyectaban en aquel entonces tenía que ver con poner a un nombre propio en lugar de López. “Por cantidad de bancas podría corresponder. Hay que ver si se abre una posibilidad”, dijo a este medio una persona con terminal en UP, aunque admitieron que luego del acuerdo PRO-LLA esa opción perdió fuerza.
“Como están las cosas, si el peronismo y aquellos que no acompañan el acuerdo PRO-LLA llegan a un consenso, estarían en condiciones de poner un nombre en la vicepresidencia primera”, vaticinaron desde uno de los bloques que se ubican en la avenida del centro. De no concretarse ese escenario, en el PJ no verían con malos ojos que López reelija. Mientras tanto, si no consiguen hacerse del preciado lugar, saben que la renovación de la segunda vicepresidencia estaría asegurada. “En ese caso Lammens sería un nombre casi puesto para seguir en ese rol”, anticipó una fuente con conocimiento del peronismo porteño.
Angelici acto de la UCR.JPG
Daniel Angelici durante el acto de la UCR.
Télam
Daniel Angelici, el “titiritero” en la Legislatura porteña
Mientras tanto, el que se encuentra tejiendo hilos en pos de un acuerdo entre el oficialismo, los libertarios y radicales es Daniel Angelici, articulador no oficial del jefe de Gobierno. “Está trabajando fuerte para poner la vicepresidencia primera“, señaló un dirigente que conoce el paño legislativo como pocos.
La caracterización que realizan en la Legislatura del expresidente de Boca Juniors define su rol. Al “Tano” lo definen como “el titiritero del oficialismo” ya que, según aseguran, es “el que maneja los hilos políticos del gobierno de Jorge Macri” en medio de la bruma por la que se encuentra atravesado el oficialismo.
¿Nombres? Por ahora se sabe poco sobre a quién podría encumbrar Angelici en caso de tener éxito, aunque su vínculo con Pilar Ramírez no es un secreto a voces. La jefa del bloque de LLA es hoy por hoy la figura de mayor peso en el mundo libertario porteño y es la mujer de confianza de Karina Milei en el territorio. A Angelici y Ramírez los conecta el director del Banco Nación, Darío Wasserman, esposo de la jefa de LLA CABA y una de las personas que mayor cantidad de apellidos logró colocar en las listas que compitieron a nivel local en 2023 y en mayo de este año.
Pese al creciente ascenso de Ramírez en el ecosistema libertario -desde la semana pasada oficia como jefa de campaña a nivel nacional-, son pocos los que creen que sea la figura de consenso que requiere el momento. Menos aún son los que en el oficialismo consideran que pueda llegar a ser una libertaria la que quede a cargo de la administración de la Legislatura en tiempos del PRO. Por lo pronto, entre las diferentes fuerzas hay consenso en que el trazo fino de las negociaciones por las autoridades de la cámara se dará post 26 de octubre.